Un día fenecí en la nada
para nacer, para vivir.
No sé lo que era
antes de ser lo que soy,
no lo recuerdo.
No sé lo que seré
después de ser lo que soy,
lo ignoro.
Entre lo que fui, lo que soy
y lo que seré ¿qué hay?
¿una vida…, dos…, tres…?
¿mil vidas diferentes?
La nada, la vida,
la nada después de otra vida,
más tarde otra nada,
ser o no ser.
Todo tiene un principio
y también un final.
Conozco ambos puntos,
ni el antes, ni el después.
Triste pregunto: ¿qué somos?
¿una brisa en una isla?
¿un suspiro en la montaña?
¿una gota de agua en el desierto?
Entonces comprendo
lo grande que es mi ignorancia.
(Del poemario La Cuerda del reloj)
AROMAS
La sábana huele a jazmín.
Recuerdo de lo que pudo ser,
añoranza de lo que tuve
y he dejado escapar.
Sólo queda el aroma,
fotogramas en negativo.
El final del rollo se ha velado.
Adorable fragancia
que nunca volverá a mis sentidos.
(Del poemario La Sinfonía del Barquero)
AROMAS
La sábana huele a jazmín.
Recuerdo de lo que pudo ser,
añoranza de lo que tuve
y he dejado escapar.
Sólo queda el aroma,
fotogramas en negativo.
El final del rollo se ha velado.
Adorable fragancia
que nunca volverá a mis sentidos.
(Del poemario La Sinfonía del Barquero)
